jueves, 13 de diciembre de 2007

La escalera del amor

El Pelado es medio filósofo, medio romántico, medio idealista, ahora medio radical, medio bueno y medio malo, medio galán… en fin, lo único que tiene entero es la pelada. Su totalidad, paradójicamente, es la carencia…
“El tema del amor, muchachos –comenzó diciendo sin que nadie le preguntara- es como dice Dolina. Hay como una especie de escalafón y cada uno de nosotros ocupamos determinado puesto. Los hay números uno, 10 y también está el novecientos noventa y nueve. Para ser más gráficos: son puestos en donde te pone el destino. En cada escalón entran muchos por diversas razones: políticas, sociales, económicas, físicas, espirituales, etcétera, etcétera, etcétera”.
Para dónde vamos? Pensé en ese momento, el monólogo me empezaba a entusiasmar. “Por eso, mis amigos, en el tema del amor se aplica este escalafón. Cualquier tipo puede ser 9, 54, 290 o 743. En cualquier puesto nos coloca el destino. Por apariencia física, por posición económica, por situación geográfica. Lo cierto es que las minas, también. Y lo más interesante que postula Dolina es que un tipo que está, por ejemplo, en el puesto 256, a lo que puede aspirar, más o menos, es a una mina que no supere el 251, o sea, no podríamos levantarnos una mina demasiado lejos de nuestro puesto viendo hacia los primeros lugares. Una mina que nos supere en más de cinco puestos, ya no nos daría bolilla. Para abajo, claro, es más fácil”.
Me vino a la cabeza la cantidad de “minones” que nunca me dieron bola y la cantidad de “bagayos” que me honran con su “amistad”. Me imaginé en ese instante que toda la mesa estaba haciendo cuentas y tratando de ubicarse en ese universo escalonado.
“Es como una pirámide maya de mil escalones. Arriba, muy pocos “number one”, y a medida que se baja, cada vez más espacio para estar posicionados. Por ejemplo, en el mundo hay muchos 756, y supuestamente, hay muchas 756. Entre cinco escalones más arriba (hacia el uno) y muchos escalones hacia abajo (hasta el 999) debe de estar nuestra mujer esperándonos. La cosa es que cuando alguien logra romper esta regla, porque se puede romper, hay excepciones que confirman la regla, se rompe como una especie de equilibrio y hay varios que sufren”.
La teoría despertó un frenesí de opinión en todos que tratamos de decir algo con respecto al tema. “Má qué escalafón ni escalafón, las minas son todas iguales” sentenció el Loco Vieytes, entre irónico y desvergonzado.
“Yo creo –se animó el Rulo- que puede ser algo de cierto en todo esto. Pero, entonces, en dónde quedaría la teoría de que hay 7 mujeres por cada hombre…?”
“No se contradice –contestó el Pelado- en cada escalón hay muchas mujeres y muchos hombres. Puede haber más de una para cada uno. También hay más de uno para cada una”.
“Siete minas por cada tipo? –preguntó el Tano, como si nunca hubiera escuchado esa teoría- entonces hay seis minas que me están corneando como si nada!!! Cuando encuentre al que se me llevó las que me corresponden…”
Como usted puede apreciar, amigo lector, a través de estas humildes crónicas, las conversaciones del café del Gallego son amplias: fútbol, política, minas… minas… política… fútbol… bueno, ahora que lo veo escrito debo reconocer que no son tan amplias.
Lo cierto es que a partir del este punto la conversación, como es habitual cuando se habla de mujeres, se degeneró. No vale la pena que les cuente. No porque no quiera, sino porque me imagino que muchos sabrán a qué me refiero. O no?
Las más variadas teorías, comparaciones, chistes, groserías, en fin, la galería dialéctica se extendió por un buen rato, hasta que el Loco mirando por la ventana dijo: “Miren, che…!!!”
Si alguno tiene problemas de cervicales, artrosis, o cosas por el estilo, les puedo asegurar que no se notó. Las cabezas giraron como cuellos de lechuzas y nuestros ojos observaron tras de los cristales una escena que venía a tono con la conversación. Allí estaba el “tordo” de la otra cuadra (un galeno que no hace mucho que se recibió) con la hija menor de la gitana Moriz, que cuando llega la primavera hace suspirar a más de uno…
A más de uno se le cayó la mandíbula. Es que el “tordito”, aunque joven, lleva a cuestas una cara de bovino, con esa mirada inteligente de los bóvidos, agregándole una pancita, una tez pálida que no hubiera sorteado con el cuero cabelludo entero por las planicies de Kansas, y una incipiente joroba postural. En fin, lo que se dice un desastre.
Se subieron al auto del profesional y partieron raudamente. No hace falta decir que esta postal tiraba por la borda la supuesta teoría del Pelado y tantas otras que se volcaron posteriormente. Todas las cabezas volvieron a su posición habitual frente a la mesa. Hubo apenas un segundo de silencio y ya estaban casi todos a punto de decir algo, cuando el Gallego, que se había acercado a levantar los pocillos del café, mirando a todos y a ninguno sentenció: “Muchachos, esto confirma que la única teoría válida en cuestiones de amor, es la mía…” Se dio vuelta con la bandeja y se iba hacia el mostrador. La mesa casi al unísono le preguntó: ¿Cuál es Gallego?
“Billetera mata galán, escalafón y la mar en coche…”

jueves, 6 de diciembre de 2007

¿De qué estamos hablando?

“No te calentés!! Coti” le decía en forma jocosa el Loco Vieytes al Coti Verguini en el preciso momento en que yo entraba al bar del Gallego.
“¿Qué pasa muchachos?” pregunté mientras intentaba tomar el Olé de la mesa de al lado para leer alguito sobre el desvelo que tenemos lo hinchas de River por estos tiempos, quién será el director técnico.
“Es que el Loco me tiene loco!!” me dijo el Coti mientras se daba vuelta hacia mí y me miraba con esas miradas que me asustan porque seguramente iba a tener que participar de la charla. “Escuchame, vos que sos un poco más centrado que toda esta manga de tarambanas”.
La mesa protestó al unísono. El Loco, Chiquito, el Pelado Manchais, el Polaco y el Tano (mis vecinos), el Rulo Thompson y uno de los innombrables. “No generalicés” advirtió el Rulo.
“Bueno, bueno. Esperen. Escuchame, me dijo, tenemos un conflicto de opinión y necesitamos una voz equilibrada. En la mesa hay un sector que opina que todo anda mal. Que así no se puede seguir. Que se gasta mucho, que se invierte mal y poco. Que lo único que les interesa a quienes tienen que organizar todo esto es hacer política y no se fijan en los verdaderos intereses de los protagonistas y del público en general”. El Coti seguía explicándome y yo ya me veía en medio de un tole tole increíble porque, habiendo opiniones divididas y pidiéndole a uno que llegue cual Salomón a imponer un fallo equilibrado, no es de lo mejor ya que, generalmente, nadie queda conforme.
“Por el otro lado –intervino Chiquito Grosso- algunos pensamos que por el contrario todo anda sobre ruedas. Que el protagonismo que están tomando los que tienen menos poder económico hace que la distribución tenga que ser necesariamente mejor. Que no podía ser que siempre fuera todo para los más poderosos. A algunos nos parece que esto no es nivelar para abajo sino nivelar para arriba”.
Se hizo un silencio y todas las miradas se centraron en mí. Me sentí halagado. La “honorable” mesa del café del Gallego me pedía consejo y, no solamente eso, esperaba con ansiedad mi contestación. Debo confesar que me extrañó un tanto el nivel que había alcanzado la discusión esa tarde y me tenté a hacerme un tanto el difícil. Con voz pausada y casi sin gritar le pedí un cortado al Gallego. Carraspeé y comencé diciendo:
“Miren, muchachos, la única verdad es la realidad, como decía el General. No soy el indicado para mediar en esta discusión porque yo tengo posición tomada. Ni tanto ni tan poco. Creo que Kirchner ha hecho un buen gobierno, uno de los mejores desde la dictadura. Me dirán que tuvo suerte, me dirán falta mucho, me dirán que hubo fallas. Sí, estoy de acuerdo, pero les voy a decir que por primera vez desde la época de Celestino Rodrigo, me copian eh?, desde aquella época, esta es la primera vez que dos ministros de economía renuncian a su cargo y no por cuestiones económicas. Eso habla de que la cosa anda mejor. Con respecto a que todo tendría que estar mejor, puede ser. Pero tenemos que tener memoria. Tuvimos 10 años de gobierno neoliberal, habría que decir netamente conservador, y luego dos años de algo que ni siquiera arrimó para ser gobierno. Creo que no hay que ser alarmistas porque en definitiva, los que ponen nubarrones en el horizonte son los mismos que se aprovecharon de aquellos gobiernos para enriquecerse y empobrecer al país”.
La mesa. Qué digo la mesa! El café entero estaba en silencio y todos me miraban con unos gestos entre asombrados e irónicos aunque, a los pocos segundos, unas risitas del fondo me inquietaron un poco.
El Loco se empezó a destornillar de la risa. Fruncí el ceño e intenté retarlo. Antes que pudiera decir nada, el Coti y los demás se dieron vuelta ignorándome. El Loco seguía riéndose y entre las carcajadas escuché que decía: “Estábamos hablando de fútbol, boludo… de fútbol… jajajaja”.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Prescindibles e imprescindibles

De alguna manera soy prescindible para algunos e imprescindible para otros. Prefiero lo primero ya que más de una vez viene a mi memoria aquello de que los “cementerios están llenos de imprescindibles”. Y como seguramente algún día me han de querer llevar para “la quinta del Ñato” (como decía mi abuelo) prefiero que piensen que soy prescindible, en una de esas, por ese motivo, me dejan pacer un rato más por estas tierras…
Pero esta situación viene a cuento de algo que suele sucedernos muy a menudo: ser prescindibles e imprescindibles según quien nos mire y según quien nos juzgue. Por ese motivo, tal vez, no debamos ser tan exigentes con nosotros mismos a la hora de juzgarnos.
Un buen padre o madre es imprescindible para su familia y sus hijos. Pero, a lo mejor, es un verdadero chambón para los negocios o para el trabajo. Porque, convengamos, todo esto tiene mucho que ver con el famoso éxito. Alguien es considerado imprescindible cuando trae de su mano el éxito. Económico, deportivo, social. Pero en este mundo que nos toca vivir, el éxito privado, el que conseguimos entre nuestras cuatro paredes, entre nuestra familia, nuestros amigos, nuestros vecinos, no siempre es valorado públicamente como corresponde. Y lo público se hace tan relevante cada vez más!
Tanto, que prácticamente, tanto en la televisión, en la radio, en los diarios, lo que nos pasamos escrudiñando es la vida de los demás. De los llamados famosos. De los exitosos que hacen público aquello que les conviene, ocultan lo que no les conviene, y son “modelos” para la sociedad.
Somos con los demás como no queremos que sean con nosotros. Yo a Maradona lo elijo para jugar en mi equipo, pero no lo elegiría para cuidar a mis sobrinos. A Bush como aliado para la guerra, pero no le dejaría que me cortara el pelo. A Nazarena Vélez como novia, pero no como novia de un hijo mío.
El secreto, tal vez, está en ser conscientes que somos importantes, pero que no somos importantes para todos. Y eso no es ninguna deshonra, ni ningún mal. Es asi, porque así es la vida. Así, que, mis amigos, no debemos amargarnos por lo que no tiene que amargarnos. Parece fácil, no? Sé que no lo es, y como humano, lo vivo en carne propia, pero es bueno recordarlo de vez en cuando.
Por último una reflexión actual. Como dijo Victor Hugo “la clase obrera va al paraíso”. Victor Hugo el relator no el escritor, eh! Je, je, hace mucho tiempo que dos equipos de los llamados chicos no sale campeón. Así que felicitaciones a quien definitivamente se corone: Lanús o Tigre. Y a todos sus esforzados muchachos que sin los millones, ni las luces, ni la prensa, de los jugadores de equipos grandes, les han puesto la tapa a todos y han hecho felices a dos populosas ciudades del conurbano bonaerense. El fútbol tendrá un campeón que nunca lo había sido antes. Como para renovar esperanzas, no?
Todo se puede. Nunca digas nunca.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Nostalgia por "nuestro hogar"

Nuestro regreso triunfal al café del Gallego se vio engalanado por los tradicionales alfajores que se compran para esas ocasiones. Qué cosa rara, no? Veranee uno en Río Grande, en Humahuaca, en el Valle de la Luna o en Santa Teresita, siempre habrá un lugar donde le ofrezcan los “verdaderos” y sabrosos alfajores regionales. Habría que hacer un recuento de regionalismos para comprobar que debe de haber más de 3000 alfajores distintos en nuestro país para recordar el lugar que visitamos.
Bueno, nuestro regreso, (el del Tano, el Polaco y el mío) se vio un tanto opacado con la presencia de un nuevo personaje en “nuestra” mesa de café. En efecto, durante nuestra ausencia el joven galeno que fuera motivo de algún comentario en esta columna a raíz de su noviazgo con una bellísima joven, se sumó a nuestra tertulia diaria. No es que me moleste, pero vio? Cuando las cosas suceden sin que seamos los protagonistas, en general, no nos gustan mucho. Pero bueno, lo hecho, hecho está y luego de un par de palabras me he dado cuenta que el joven galeno más de una vez será protagonista de estas líneas.
Luego de las consabidas cargadas por el tostado de nuestra piel, las incisivas preguntas sobre nuestro desarrollo amoroso durante la estadía en la playa, y los comentarios al vuelo para ponernos un poco al día de lo que sucedió durante nuestra ausencia en la querida aldea, cada uno volvió a la normalidad y el Gallego, en un rapto de inusitado desprendimiento, invitó café para todos. Todo un milagro.
Mientras la conversación giraba en torno del fútbol de verano, me sumergí en la lectura de los diarios que no pude leer durante mi ausencia.
En tanto continuaba con mi lectura, Chiquito Grosso y el Pelado Manchais comenzaron a trenzarse (como de costumbre) por el tema energético. “Y los cortes que todavía va a haber!!” Comentaba el Pelado, “si el gobierno no tiene ni la más pálida idea de cómo solucionar este tema”. “Pero escuchame, Pelado, esto no es de ahora. Si decís que el gobierno no tiene la más mínima idea de qué hacer, tenés que decir que los últimos 40 años los gobiernos no planearon nada en el tema energético. Lo que pasa es que para un país que no crece, la energía siempre sobra, para un país que crece nunca alcanza, eso es lo que pasa!!” retrucó Chiquito.
“Y encima nos quieren encajar esas lamparitas chinas que más que luces parecen luciérnagas!” continuó el Pelado sin darle bolilla al comentario anterior. La conversación tuvo idas y vueltas con participación de casi todos que expresamos nuestra opinión. El Rulo Thompson, el Coti Verguini, el Tano y hasta el reciente incorporado joven galeno participaron de la misma.
Y ahí me di cuenta que cuánto extrañaba estar en casa. Porque en este humilde pueblo bonaerense está mi casa. No hablo de la posesión inmobiliaria por la que Montoya nos cobra impuestos, hablo de una sensación de pertenencia, de una sensación de bienestar que puede estar opacada diariamente por nuestras lamentaciones críticas, por ese quejarnos de todo, pero que una vez en ella, nos hace sentir bien. Podremos irnos muy lejos, ausentarnos por mucho tiempo, pero en el fondo de nuestro corazón siempre está el deseo de volver a “nuestra” casa. Y aquí en el bar del Gallego, en el barrio junto a mis vecinos el Tano y el Polaco, en las conversaciones diarias y los rutinarios saludos con nuestros conocidos y nuestros amigos, está el verdadero bienestar.
Me pongo un tanto nostálgico pero es que como todavía no retomé el vertiginoso ritmo de estar al tanto de todo, de leer los diarios, de ver cinco veces la misma noticia en distintos noticieros de la televisión, de escuchar y escuchar hasta el cansancio los mismos personajes en la radio, es que me siento un tanto en las nubes.
Por eso hoy, al volver del boliche, voy a sacarle la funda al Winco, le soplaré el polvo a los antiguos discos y me voy a escuchar unos tangos flor y flor, así, Doña Ernestina, la mamá del Polaco, me escucha desde su casa y podrá susurrar, como de costumbre, que se escucha “el rumor de una orquesta” y concluya con mucha razón que “está de fiesta…. EL COSO DE AL LAO”

sábado, 17 de noviembre de 2007

Conservar...¿qué?

Puedo comprender que la mayoría del pueblo francés sea conservador. Conociendo la realidad de Europa hoy, y más teniendo una vaga idea de cómo son los franceses, puedo entenderlo. Incluso, y a pesar del mamarracho de su presidente, puedo también entender que el pueblo norteamericano tenga un cierto deslizamiento hacia lo conservador.
Sabe, mi amigo, en esos lugares, como que se me hace que hay cosas que conservar. El estándar de vida, el empleo, la seguridad social, etc., etc.
Lo que me anda preocupando un tanto, es que han aparecido (o al menos asoman la cabeza ahora) toda una pléyade de conservadores en nuestro país. Y me preocupa, porque en realidad, políticamente hablando, no hay mucho que conservar. Es más, yo diría que hay bastante que cambiar.
Cuando hablo de conservadores no me refiero al término partidista sino al alcance ideológico. En nuestro bendito país hasta los liberales son conservadores. Sería largo explicarlo, pero sé que hay muchos que me entienden.
Creo firmemente que, con altibajos, hay un camino nacional que merece ser recorrido. El movimiento nacional al que me refiero no tiene, hoy por hoy, anclaje partidario. Fue Yrigoyen en su momento, Perón en el suyo. Y a partir de de una honda separación de la sociedad argentina, el movimiento nacional se fue manifestando alternadamente en grupos, en minorías partidarias, en sectores intelectuales y en sectores marginados.
Reitero, hay un camino nacional que merece ser recorrido y que no tiene que ver con conservar nada de lo malo que nos ha sucedido. No tiene que ver con el éxito, ni con la economía. No tiene que ver, ni siquiera con la coyuntura. Tiene que ver con una visión de nuestro país que no se enseña. Da la impresión que como lo dijo Fukuyama todos toman por cierto que se terminó la historia. Da la impresión que como a algunos les fue bien con Menem, hay que volver a “eso” que nos dejó 20 por ciento de desocupación y triplicó nuestra deuda externa. Los que no quieren que pensemos, nos ofrecen como alternativa a Macri, un exitoso empresario que supo sacarle muy buen provecho al descalabro argentino. Me niego a pensar que no hay una solución auténticamente argentina al problema argentino.
Como dice Serrat, “prefiero la carne al metal… un bombero a un bombardero… crecer a sentar cabeza…”. Prefiero imaginar que si nos ponemos a pensar un país mejor en la mesa estarán muchos que piensan distinto de cómo lograrlo, pero que tienen el mismo sentimiento.
Tal vez sólo esté expresando deseos. Pero me pareció que hay cosas que hay que decirlas. Vio, así como me salen. Debemos aprovechar que hoy, gracias a Dios, no existe la terrible barrera que separó a la sociedad argentina de la segunda mitad del siglo XX: peronistas vs. antiperonistas. Gorilas hay, sí, y cada tanto asoman la cabeza…

Perder el tiempo

Estaba tomando unos mates bajo el emparrado del patio, esperando que nieve (cosa que naturalmente nunca ocurrió), cuando desde la derecha sentí un chistido. Dos aclaraciones: el que vive a la “diestra” de este sufrido escribiente es el Polaco Tundem, a la izquierda de mi honorable morada, vive el Tano Miggini. La segunda tiene que ver con una particularidad del Polaco: no me gusta que me chisten y este tipo es uno de los pocos que logra hacerme enojar.
Lo cierto es que a duras penas, detrás de un gorro colla, un poncho pampa y una bufanda escocesa, logré distinguir cómo el Polaco se asomaba por encima del tapial. Mi humor no era del mejor ya que yo estaba esperando ver nevar por primera vez en la vida y esa aparición me dio la pauta que mi espera sería en vano. Porque el Polaco es la mufa en persona.
“Escuchame perejil – me dijo – ¿no tenés nada que hacer más que andar perdiendo el tiempo tomando mate en el patio, con el frío que hace, haciéndote el pensativo?. Vení, vamos a tomar un vermú”.
Se dio cuenta, no?, amigo lector. El Polaco nació para fastidiarme. Levanté la vista con cierto desdén y muy lentamente y le espeté: “Mirá, vecinucho de cuarta, yo estaré perdiendo el tiempo, pero vos, estás perdiendo el tuyo espiándome a mí, y viendo qué es lo que estoy haciendo. Dejame en paz que estoy reflexionando…”. No vale la pena que refleje aquí la contestación del Polaco. Pero, me dejó pensando.
Etimológicamente la palabra escuela deriva de ocio en el antiguo griego. Y esta derivación tiene un sentido. Para los griegos, luego de la satisfacción de las necesidades básicas del ser humano, el ocio era el momento adecuado para “ir a la escuela”. Para aprender. Para reflexionar.
Vamos a ser sinceros. Sócrates y sus alumnos eran una vagos bárbaros. Se la pasaban charlando, discutiendo, buscando razones. O sea, como diría mi tía abuela Asunción: no hacían nada productivo. A pesar de ello, el mundo occidental tal como es hoy, como ha evolucionado desde aquel entonces, no es explicable sin la presencia de esos “vagos” que se la pasaban pensando y tratando de descubrir “los primeros principios” de todas las cosas. Filosofaban.
Los grandes enemigos de Sócrates eran los sofistas. Estos también gustaban del buen ocio educador, pero daban a sus conclusiones una aplicación directa a la inmediata realidad que los rodeaba circunstancialmente, o sea, contestaban según la mejor conveniencia y con mucha practicidad. Los sofistas fueron los primeros mercaderes del pensamiento. Fueron los “creadores de imagen” de aquellos tiempos. Y, aparte de disfrutar del ocio, quisieron hacer negocio con sus habilidades. De allí la tirra que Sócrates les tomó. Y ofrecían sus servicios a políticos, guerreros, comerciantes, y todo aquel que necesitara de algunas palabras bonitas, de algunos aforismos floridos y de sentencias que parecieran definitorias.
Y todo esto viene a cuento por el tema de “perder el tiempo”. ¿Cuánto hace que no pierde el tiempo preguntándose, por ejemplo, qué será de nuestro futuro, de cómo le gustaría que fuere el futuro de sus hijos, de cuanto hay de verdad o de mentira en tantas cosas que escucha, mira o lee por ahí? ¿Qué será de nosotros, los humanos, dentro de unas décadas?
Por supuesto que toda esta reflexión me llevó un buen rato. El mate se enfrió, la nieve no asomó por este lado de la pampa húmeda y yo casi me ligo una pulmonía pensando en todas estas cosas bajo “el emparrado de mi patio viejo”.

jueves, 8 de noviembre de 2007

El diario de mañana

Ahora todos hablan con el diario de mañana abierto. Pululan los politicólogos, opinólogos, encuestólogos, y caradurólogos.
En estos tiempos, el bar del Gallego se pone un poco insoportable para quienes, como yo, suelo disfrutar más de la ficción que de esta pobre realidad que nos rodea. Y por ficción no quiero decir solamente literatura, arte, televisión, cine. Ficción es “jorobar” un rato, “cargar” con la cristalina esencia de la “buena leche”, de la amistad, del “hoy por mí y mañana por ti”. De esa forma de convivir un tanto sobreactuada para hacer “engranar” al más pintado, o a aquel que sabemos que va a enojarse. Pero con la estampa y presencia de varón.
Ojo! No discrimino. A lo que me refiero es a la actitud, no a la preferencia sexual. Conozco unos cuantos gays que merecen mi respeto justamente por eso, por su actitud.
Quizás debiera haber dicho estampa y presencia de caballero… aunque sea un anacronismo…
Por eso me aburren las tardes del boliche por estos tiempos. Al fin de cuentas una elección no es más que un accidente en nuestras vidas.
La cosa es que la mayoría sabía qué iba a pasar con las elecciones. Y no sólo a nivel local, también en todos los niveles que usted, amigo lector, se pueda imaginar. Desde explicaciones de porqué perdió tal o cual en esta u otra provincia, discusiones sobre las encuestas, sobre lo que tendrían que haber hecho los que perdieron y elogios (por supuesto) a las campañas de los ganadores.
Con el Tano y el Polaco mantenemos nuestra promesa de no hablar de política hasta después del 30 de noviembre. Claro que el Polaco se “sale de la vaina”, y no es para menos… Entonces, cuando en la mesa del rincón se habla de política, trata de meter un poco de púa sobre todo cuando está el Tano presente que tampoco se queda callado y expone sus opiniones como para no dejarle el camino tan fácil al otro. Yo me divierto, aunque en el fondo también tengo lo mío… porque por más escéptico que uno se muestre, tiene sus opiniones y sus preferencias… En fin, para que me entienda, a mi también me llegan al corazón estos temas. Por una cuestión de pasión.
Y por eso algunas cosas me hacen estrujar el alma. Es que, (y a esto no me puedo acostumbrar) las cuestiones personales, la posibilidad de mejor futuro con la derrota del propio, hace que, sin expresarlo abiertamente, muchos esperen la derrota de los suyos para medrar, política y económicamente. Es el frío cálculo que le gana al corazón, al sentimiento. Porque uno no vota con la cabeza, no, uno vota con el corazón, con el bolsillo, con el idealismo, con la imagen del candidato, con lo que uno cree que es el candidato, con la publicidad, con el slogan, pero no vota con el pensamiento. Y aquellos que así lo digan, se equivocan a sí mismos. Justamente por eso ya casi no se hacen propuestas. Y las que se hacen se parecen tanto entre sí que la verdad muchas veces hay que volver a la página anterior para recordar qué partido y qué candidato las está haciendo. Así es la cosa en este mundo mediatizado.
Pero, más allá de todo esto que merece ser analizado por “expertos” mantengo mi postura “sentimentalista” a la hora de elegir.
Al fin de cuentas uno no se casa con la mujer más sabia ni con la mujer más bonita… uno se casa con la mujer que le dio bola y a la que ama.
Hablando de todo esto me viene a la memoria una frase del escritor portugués José Saramago: “La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva”.
Claro, no hablaba del matrimonio…

jueves, 11 de octubre de 2007

Dios

A mí, el tema de Dios me tiene muy preocupado - sostuvo con una inacostumbrada seriedad el Loco Vieytes que asombró a toda la mesa.
Los días de lluvia, el café del Gallego se llena de susurros. Hay más gente que la habitual, muchos que por las condiciones climáticas no pueden trabajar y otros que se deprimen más de lo habitual en sus casas y se van al boliche. Pero, a pesar de esto, los días de lluvia todos parecen andar de puntillas. Muchas más voces, pero más suaves.
- Un Dios es lo que me anda faltando – dije levantando la vista del crucigrama que estaba haciendo por sobre mis anteojos en un gesto burlón. – Alguien sabe cómo se llama la diosa escandinava hija de Njord y Skadi? …
- Dios no es un tema – apuró uno de los Innombrables- Dios es el tema – sentenció.
- La cuestión –prosiguió el Loco- es que en realidad yo no creo en Dios. Pero me preocupa pensar que toda esta cuestión de la vida después de la muerte derive en alguna especie de juicio o cosa por el estilo que es lo que nos prometen las religiones.
Y siguió con el monólogo. “Yo puedo estar equivocado y estoy dispuesto a pagar por mi falta de fe, pero, digamos, por ejemplo, sólo una suposición, eh!, que me convierto en creyente. Bien, ¿en creyente de cuál religión me convendría convertirme? Porque si es un tema de gustos, sería irrelevante, no? Incluso si es un tema de revelaciones, también, porque a uno se le puede revelar el Dios católico y a otro el Dios musulmán.
Aunque tenemos que estar de acuerdo que a la mayoría no se le revela nada. Desde niños nos meten las creencias y no hay tu tía. Sos católico si nacés en una familia católica, sos judío, o sos musulmán o sos budista. En esto no hay ni revelación, ni fe, ni nada por el estilo. Es como una educación. Te educan para ser cristiano, judío, musulmán o budista. Aparte de tantas otras que ni conozco. Como ser de River o de Boca.
Pero bueno, supongamos que aparte de estas cuestiones, efectivamente existe un Dios y, una vez muertos, nos recibe (o no) nos pide cuentas (o no), bueno, algo pasa después de morirnos con el Dios de cada uno. Esas son las promesas. Porque si no existe Dios, no hay problema. Todo se termina allí. ¿Pluf! Se apaga la luz y listo.
Pero si hay… si realmente te está esperando para que rindas cuentas.Y aquí es donde me entra la preocupación. Supongan que yo soy católico, apostólico y romano. Me muero, inmediatamente veo la luz que me atrae, me llevan por un florido sendero luminoso hacia el cielo y cuando llego. ¡Pum! Me encuentro con Kanno. Un negro grandote. Ser supremo y creador de todo lo que existe. Porque si el hombre fue creado en Africa, no sería nada raro que los africanos supieran mejor quién los creó, no? Y se puede suponer que un dios de las costas malgaches es más apropiado para creer que hizo al hombre a su imagen y semejanza”.
A esta altura, el Loco había logrado la atención de todos. “Y ese tal Kanno de dónde salió? Atinó a preguntar el Polaco.
“Callate –continuó Vieytes- la cosa es así. Como la planteo. Entonces me paro frente al tipo. Imagínense que es un Dios. Todopoderoso .Creador de la tierra y el cielo. Creador de los hombres. Y, digo, me paro, y le empiezo a explicar que a mí de chiquito me enseñaron que Dios hay uno solo, que nos hizo a su imagen y semejanza, que era católico, que envió a su Hijo, Jesucristo, para salvarnos. Que yo me he portado bien, que no le hecho mal a nadie…
¿Se imaginan la situación? ¿Se imaginan lo ridículo de la situación? Y encima en ese momento ya no hay nada que hacer. ¿Qué le vas a hacer? ¿Te vas a poner a rezar el rosario? ¿Le vas a preguntar por San Pedro? La vida no podés volver a vivirla. No podés volver para “avivar” a los vivos de cuál es el verdadero Dios…
A mí, el tema de Dios me tiene preocupado…”- finalizó.
-Loco, por qué no te vas a dormir y nos dejás de joder – dijo el Tano fastidiado.
Entonces abrió la boca otro de los Innombrables. Me miró y dijo: “La diosa es Freya”. Completé el crucigrama. El Loco se fue. El Tano apuraba los últimos sorbos de café. Y el Polaco, mirando el techo susurró: “Un Dios africano… uf!...no me lo puedo imaginar!”. Entonces el Innombrable le recordó: “El nuestro es asiático”
El Polaco se quedó pensando… “mientras no sea bostero, todo bien…”

jueves, 4 de octubre de 2007

Si entendiéramos mejor lo que otros dicen...

Me parece buena idea recordar algunas palabras trascendentes que dijo un trascendente dirigente político de nuestro país en un trascendente momento histórico.
Creo que no fueron debidamente escuchadas.
Este discurso lo pronunció el Dr. Ricardo Balbín delante del cadáver de Juan Domingo Perón.
“Llego a este importante y trascendente lugar, trayendo la palabra de la Unión Cívica Radical y la representación de los partidos políticos que, en estos tiempos, conjugaron un importante esfuerzo al servicio de la unidad nacional: el esfuerzo de recuperar las instituciones argentinas y que, en estos últimos días, definieron con fuerza y con vigor su decisión de mantener el sistema institucional de los argentinos. En nombre de todo ello, vengo a despedir los restos del señor Presidente de la República de los argentinos, que también con su presencia puso el sello a esta ambición nacional del encuentro definitivo, en una conciencia nueva, que nos pusiera a todos en la tarea desinteresada de servir la causa común de los argentinos.
No sería leal, si no dijera también que vengo en nombre de mis viejas luchas; que por haber sido claras, sinceras y evidentes, permitieron en estos últimos tiempos la comprensión final, y por haber sido leal en la causa de la vieja lucha, fui recibido con confianza en la escena oficial que presidía el Presidente muerto.
Ahí nace una relación nueva, inesperada, pero para mí fundamental, porque fue posible ahí comprender, él su lucha, nosotros nuestra lucha ya través del tiempo y las distancias andadas, conjugar los verbos comunes de la comprensión de los argentinos.
Pero guarde yo, en lo íntimo de mi ser, un secreto que tengo la obligación de exhibirlo frente al muerto. Ese diálogo amable que me honró, me permitió saber que él sabía que venía a morir a la Argentina, y antes de hacerlo me dijo: 'Quiero dejar por sobre todo el pasado, este nuevo símbolo integral de decir definitivamente, para los tiempos que vienen, que quedaron atrás las divergencias para comprender el mensaje nuevo de la paz de los argentinos, del encuentro en las realizaciones, de la convivencia en la discrepancia útil, pero todos enarbolando con fuerza y con vigor el sentido profundo de una Argentina postergada.'
Por sobre los matices distintos de las comprensiones, tenemos todos hoy aquí en este recinto que tiene el acento profundo de los grandes compromisos, que decirle al país que sufre, al pueblo que ha llenado las calles de esta ciudad sin distinción de banderías, cada uno saludando al muerto de acuerdo a sus íntimas convicciones -los que lo siguieron, con dolor; los que lo habían combatido, con compresión -, que todos hemos recogido su último mensaje: 'He venido a morir en la Argentina, pero a dejar para los tiempos el signo de paz entre los argentinos".
Frente a los grandes muertos. ...frente a los grandes muertos tenemos que olvidar todo lo que fue el error, todo cuanto en otras épocas pudo ponernos en las divergencias; pero cuando están los argentinos frente a un muerto ilustre, tiene que estar alejada la hipocresía y la especulación para decir en profundidad lo que sentimos y lo que tenemos. Los grandes muertos dejan siempre el mensaje .
Sabrán disculparme que recuerde, en esta instancia de la historia de los argentinos, que precisamente en estos días de julio, hace cuarenta y un años el país enterraba a otro gran presidente: el doctor Hipólito Yrigoyen.
Lo acompañó su pueblo con fuerza y con vigor, pero las importantes divergencias de entonces. colocaron al país en largas y tremendas discrepancias, y como un símbolo de la historia. como un ejemplo de los tiempos, como una lección para el futuro, a los cuarenta y un años, el país entierra a otro gran presidente. Pero la Fuerza de la República, la comprensión del país, pone una escena distinta, todos sumados acompañándolo y todos sumados en el esfuerzo común de salvar para todos los tiempos la paz de los argentinos.
Este viejo adversario despide a un amigo.”

jueves, 27 de septiembre de 2007

Prejuicios

Las paces entre el Tano y el Polaco no fueron fáciles pero, como es habitual, se hicieron en mi casa durante la tradicional cena de los martes entre los tres. Hace milenios que lo hacemos. Somos vecinos desde chicos y, realmente no me acuerdo cómo, pero decidimos que todos los martes de nuestras vidas íbamos a comer juntos.
La cuestión es que, tras arduas negociaciones de parte mía, ambos accedieron a una tregua que ha de llegar hasta el 30 de noviembre inclusive. ¿Por qué hasta fin de noviembre? Porque me imaginé que de la contienda del 28 de octubre han de salir algunos heridos y necesariamente o el Tano o el Polaco será uno de ellos. Entonces, decidimos no tocar el tema político hasta un mes después para evitar las “cargadas”. Yo sé quien va a ser… el herido, digo.
Además, lo hice pensando en mi porque así me evito los roces con el Polaco yo también. A veces me quedo pensando en los innumerables desencuentros a que nos ha arrastrado la historia argentina. Si nos ponemos a pensar fríamente, las rencillas políticas de la gente como nosotros, la gente común, se parecen más a un River-Boca que a distancias ideológicas.
Porque, vamos a ser sinceros, el Tano y el Polaco (tomándolos como ejemplo) son así porque fueron criados así. Heredaron las virtudes y los defectos de sus mayores y todos sus prejuicios. Y vamos a ser sinceros, los prejuicios son rotundos a la hora de discutir.
Se supone, (insisto, sólo se supone) que los radicales son garantía de democracia y honestidad.
Se supone, que el peronismo es hijo del “aluvión zoológico”.
Esto por un lado.
Por el otro, se supone, que los radicales son incapaces y “lentos”.
Se supone, que el peronismo es sinónimo de justicia social.
Insisto, son suposiciones prejuiciosas que saltan a la palestra generalmente cuando las discusiones se elevan, no de nivel, sino de voz, y se hacen a los gritos.
Estos prejuicios son heredados y poco tienen que ver con la realidad, por lo menos hoy, para hablar de historia lo haremos en otro momento. Porque hoy por hoy, el peronismo ha demostrado que no es sinónimo de justicia social: Menem se encargó de desmentirlo gobernando a favor de los poderosos y en contra de los que menos tienen, dejando dos dígitos de desocupación y pavoneándose con la derecha. Que si Evita viviera!! Ah, Dios, debe estar impotente de dolor por “sus descamisados”.
Los radicales también se han encargado de demostrar que ni son garantes de democracia ni que el sólo hecho de ser “radicheta” es sinónimo de honestidad. De la Rúa todavía arrastra un juicio por utilizar un empleado municipal como parquero de su casa y algunos otros suspiran tranquilos sabiendo que el tema de las coimas en el Senado no tiene, ni tuvo nunca, futuro judicial.
Por otra parte, durante un buen tiempo, presidieron el país a espaldas de una verdadera democracia durante la proscripción del peronismo.
En fin, “negros y oligarcas”, unos y otros tienen razones para pelearse, pero, en definitiva son peleas heredadas. Hoy, y creo que así fue siempre, el enemigo de la patria es otro. El tema es que muchos de nuestros dirigentes temen perder su clientela si de pronto algunos nos damos cuenta que coincidimos mucho más de lo que no coincidimos. Y otros dirigentes, desde hace más de 60 años, fueron tratando de buscar coincidencias por encima de las diferencias.
Más allá de la coyuntura, más allá de que a mí me subyuga particularmente esto de concertar, de unir, de juntar voluntades e identificar el enemigo común, creo que en un futuro no nos va a quedar otra que sentarnos en una mesa, no para hacer una tregua sino para definir pautas de convivencia democrática y políticas de estado comunes a todos.
Al fin de cuentas la verdadera diferencia que separa al Tano y al Polaco, es que uno vive a la derecha y otro a la izquierda de mi casa. No es poco…

jueves, 13 de septiembre de 2007

Incorregibles...

La mesa del café, por estos días, se pone un tanto inaguantable. Es que, con las elecciones tan cerca, los temas políticos saltan aunque nadie los llame. Y en realidad, todos tenemos algo que decir. Y claro, somos unos cuantos y los chisporroteos son frecuentes.
El Polaco acababa de decir a uno de los innombrables: “y…son incorregibles…” Yo estaba terminando la claringrilla, así que no estaba prestando demasiada atención, pero esa frase final me hizo levantar la vista. Luego supe que estaban hablando de fútbol. Pero el que justito en ese momento se acercaba a la mesa sin que lo viera el Polaco, era el Tano. Y parece que venía con toda la polenta. Porque, igual que yo, llegó a escuchar esas últimas palabras y no fue más que sentarse y levantar la voz: “¿Quiénes son incorregibles?”.
El Polaco también tenía ganas de pelear. “¿Y a vos qué te importa? Estoy hablando con el señor”. Dejar que un mono tití te afeite con una navaja hubiera sido menos peligroso que esa respuesta. “Escuchame radicheta amargo, si tenés algo que decir del peronismo por lo menos sé un poco más original y no me quieras eludir ni me tratés como si fuera un chico” rugió el Tano poniéndose más colorado que un pimiento colorado (claro).
“Mirá, “peroncio” abollado, ya que lo querés, te lo re-pi-to: son in-co-rre-gi-bles, im-pre-sen-ta-bles, i-nin-pu-ta-bles” respondió el Polaco poniendo el acento en cada sílaba. Y continuó: “son un desastre y lo han demostrado en este tonto torneo de quien se mete en las listas de candidatos y quien no. Un papelón, y como siempre, los puso papá Kirchner a dedo. Verticalismo puro como en la época del General, pero sin General, entendés?”
El Tano lo midió con la vista y por un momento pensé que lo “embocaba”. Pero no. Hizo una mueca rara, una sonrisa nerviosa al tiempo que apretaba los dientes. Ahí me dí cuenta, le había cantado retruco con el ancho y el Polaco entró como un nene. Suspiró, levantó la mano y le hizo el gesto habitual al Gallego pidiendo un café, se acomodó en la silla como regordeándose y levantando el dedo índice levemente, dio un vistazo alrededor de la mesa mirando a todos y dijo con mucha tranquilidad:
“Mis queridos compañeros, aquí el amigo radical hizo uso de uno de los tantos prejuicios que nos persiguen y con los que nos quieren torturar los “eternos” opositores”.
Aquí el Polaco quiso intervenir pero el Tano no lo dejó. “Esperá que termine y después hablá todo lo que quieras. Yo afirmo, que vos sos del siglo pasado. Y lo digo no porque en realidad lo seas, sino que me parece que a pesar que los tiempos van cambiando vos no cambiás tu discursito de café. Digo que te mueven prejuicios que hacen que veas todos nuestros defectos, muy pocas de nuestras virtudes y que te niegues el ver todos nuestros aciertos”.
El Gallego llegó con el café y aunque el Polaco tenía ganas de hablar, quedó un tanto intrigado de hacia dónde se dirigía el discurso del Tano, así que se calló y siguió escuchando. “Se supone, algunos lo suponen, que los únicos autoritarios y verticalistas somos los peronistas. Craso error, mis queridísimos contertulios (cuando el Tano se hace el fino se pone insoportable). A ver, un concurso, al que me conteste esta simple pregunta le pago un viaje a Irak en tiempo de tregua, a ver, mis democráticos amigos, alguien me puede decir qué candidatos, de cualquier índole y a cualquier cargo, de cualquiera de los partidos políticos principales que competirán en las próximas elecciones, han sido elegidos democráticamente en elecciones internas?...”
Casi sin respirar siguió: “A Lavagna lo eligieron los afiliados radicales? A Margarita? A Carrió? ¿Se llenaron las urnas con los votos de los afiliados de Sobisch, de López Murphy, de Rodríguez Saa? ¿Díganme dónde, un solo lugar en el que los afiliados pudieron expresar sus preferencias internas por los candidatos? Y vos –dirigiéndose al Polaco- vos, “alfonsinista pasado de moda” me venís a hablar a mí de democracia o de “dedocracia”, y en ustedes es peor porque se creen superiores y “custodios” de la democracia. Así que, por si no me entendiste, me parece que los in-co-rre-gi-bles, los im-pre-sen-ta-bles y los i-nim-pu-ta-bles son ustedes!!!.... Pssss”.
El Polaco estaba por responder pero llegó justo el Loco Vieytes y dijo: “Vieron, va a llover hasta el martes…”

jueves, 30 de agosto de 2007

Me cuesta muchísimo afirmarlo, pero… sí, es verdad, en una cosa estoy de acuerdo con Yonofuí (un “marciano” que conozco): no existen los “independientes”. Y me preocupa un poco estar de acuerdo con ese, pero, vivimos tiempos de concertación y son muchos los que se asombrarán de lo que son capaces de coincidir con gente impensada.
Bueno, al grano. Vivimos en una sociedad capitalista. ¿Qué significa?, que nuestra sociedad está basada en el capital, o sea, en el dinero. Las bases filosóficas son, valga la redundancia, muy básicas: todo tiene precio porque la medida de todas las cosas es el capital.
Hace algún tiempo en una entrevista al abogado de J. O. Simpson (recuerde, el futbolista norteamericano negro que mató a su esposa y el amante y salió libre y fresco como una lechuga) declaraba las bondades del sistema jurídico norteamericano. Pero ante la pregunta si su defendido hubiera logrado la libertad con abogados de oficio (los que paga el estado) la respuesta fue contundente: “No, el que puede pagar abogados caros, tiene más posibilidades de lograr la justicia que quiere”. Dicho en buen romance, si usted tiene plata, puede contratar estudios de abogados que gastarán una fortuna investigando, consiguiendo pruebas, revisando archivos, con un gran equipo de trabajo detrás y, de esa manera, usted tendrá una justicia “distinta” a la que puede acceder quien no dispone de fondos y debe conformarse con abogados del estado que tienen un sinfín de casos que atender, no tienen equipo suficiente y, lo más importante, no ganan lo que deberían.
Sería una obviedad repetir este argumento con ejemplos para la educación, la salud, las oportunidades. Ojo!! No estoy argumentando a favor o en contra, simplemente describo el mundo en el que vivimos. Y no me venga con eso del capital humano, de la solidaridad, del amor, de Dios. Sí, todo eso vale, pero a la hora “de los bifes” las cárceles están llenas, justamente, de gente que no puede pagar caros abogados, los hospitales están llenos de gente que no puede pagar costosos tratamientos, y podríamos seguir los ejemplos.
Por eso, reitero, todo tiene precio. La vida, la profesión, las ideas. Somos vendedores y clientes al mismo tiempo. El intercambio es el modo. No digo ni que esté bien ni que esté mal.
Por estas consideraciones que me hago, tomando mate “bajo el emparrado de mi patio viejo”, es que coincido con el tipito que nombro al principio de la nota. No existen los independientes, todos tenemos un pensamiento, una idea, un patrón, un cliente, la cuenta de la luz a fin de mes. Vamos gente!
A no ser que… ah! Ya sé: si uno critica es independiente. Si uno defiende, es dependiente. No me parece tan simple la cosa.

viernes, 24 de agosto de 2007

De derechas e izquierdas

Parafraseando a Fray Luis de León: Como decíamos ayer…
Después de un pequeño descanso decidí retomar este vicio de andar escribiendo alguna que otra reflexión y más de alguna macana.
Hoy es tiempo de política. Y gracias a Dios creo que lo será por unos cuantos años. Al terminar de leer se va a dar cuenta por qué agradezco.
¡Vio que despelote… (perdóneme la palabra, por como hablamos con respecto a como escribimos, a veces es una tortura mantener el “buen gusto”). Digo, ¡Vio que despiole se vive en los tradicionales partidos políticos argentinos!
Política era la de antes! Peronistas por aquí, radicales por allí, la derecha casi nunca existió y se “maquillaba” entre unos u otros, y la izquierda repartida entre dos mil partidos y fracciones o también integrando, según la coyuntura, alguna alianza con los partidos mayoritarios. La cosa parecía más clara. Pro o contra. En la vereda sur o en la vereda norte.
Señores y señoras: no quiero parecerme a Fukuyama al augurar el fin de la historia, pero, es un placer informarles que, la política argentina, tal como la entendimos durante todo el siglo 20 ha llegado a su fin. Entrando en el siglo 21 estamos encontrando el camino de la mayoría de edad en lo que a política se refiere. Con esto que estoy diciendo, no quiero ofender a nadie, simplemente sospecho que los dos partidos tradicionales: el radicalismo y el justicialismo, tal como funcionaron durante el siglo pasado, no van más.
Y en este reagrupamiento ideológico que estamos padeciendo hay muchos confundidos. (Señora!!, si a usted, Lilita, perdone una pregunta: ¿con López Murphy? Mmmmm) Es sólo un ejemplo, mirando un poquito con la lupa en los más de mil municipios argentinos nos asombraríamos de las alianzas que se están tejiendo. Tiempos de crisis, de confusión que separarán las aguas y alumbrarán un nuevo período político en nuestro país mucho más acorde con lo que sucede en los países del “autodenominado” primer mundo. Como dicen en España: las derechas y las izquierdas.
Algunos políticos poco avezados achacan este fin del radicalismo y el peronismo a Kirchner. Ignorantes que no saben leer lo que pasa en la calle y que no tienen la más mínima memoria de sucesos bastante recientes. En el 2001 todos (reitero TODOS, menos los políticos, claro) golpeábamos cacerolas al ritmo de “QUE SE VAYAN TODOS”. Claro, toda persona con un mínimo de sentido común sabía que esa frase no era literal. Lo que significó fue un quiebre con las estructuras tradicionales de representación. Algunos no quieren o (seguramente no saben) no pueden darse cuenta de eso y continúan calentándose con los últimos rayos del atardecer de una época.
A mi humilde entender, la única incumbencia de Kirchner en todo esto es el haberse dado cuenta de lo que estaba pasando. Reitero, algunos no se dan cuenta. Pregúntenle a “Mendez” en La “Yioja” o a Rovira en Misiones.
Pero ojo, no fue el Presidente el primero en darse cuenta. La derecha ya captó el dato y está mucho más organizada y con muchas ganas de dar pelea. Difícilmente el campo popular les pueda ofrecer otro presidente como el de la década del 90 por eso se está agrupando y lo está haciendo bastante bien. Temo que los sectores “progresistas” no hayan caído todavía en la realidad que se nos viene.
Prepárense, señoras y señores, amigos, deudores (casi ninguno) y acreedores (demasiados), jóvenes, esto recién comienza y vamos a tener que definir qué país queremos. Y no va a ser fácil, eh…
Eso es lo que yo creo…

jueves, 2 de agosto de 2007

Paradojas

Paradojas. Dichosas paradojas… En el país de los alimentos, gente con hambre. En el país más “culto” de Latinoamérica, analfabetos y educación muy pobre. En el país de las grandes distancias, gente sin tierra ni casas. Paradojas. Dichosas paradojas…
Y hay más. Muchas de ellas son derivadas de nuestra proverbial zonzera criolla. Mientras el fútbol semiamateur del interior del país casi no tiene público, el fútbol grande lo expulsa. Como no pueden vencer a unos cuantos violentos, como no podemos acordar un mínimo de respeto en la convivencia, se decide expulsar a todos. La fiesta sin gente no es fiesta, no? Lo que pasa es que para el fútbol argentino la gente es prescindible. Porque como es un negocio, la plata que no entre por boleterías entrará por derechos de televisación. Perjudicados? Los de siempre. Los de abajo. Los que no pueden pagar el codificado o pueden mantener su cuota social al día.
Lo paradójico es que los violentos no tienen clase social. Durante años he visto cómo desde los caros palcos de la cancha de Boca, violentos con dinero arrojan todo tipo de cosas hacia los cuerpos técnicos de los equipos visitantes. Escupen, tiran agua y gaseosas, y cuentan con la complicidad de un periodismo decadente que fija sus cámaras en cuanto algún “inadaptado” intenta romper un alambrado.
Y lo que estoy diciendo no tiene que ver con el fútbol. Estoy hablando de nuestra sociedad, de nuestra comunidad, de nuestra forma de construir un país. No nos podemos poner de acuerdo en formas básicas de convivencia. En tener bien presente que debería haber límites entre mi “metro cuadrado” y el de mi vecino. Y esto incluye respeto, buenos modales, y, sobre todo, forjar una cultura sobre esas bases.
Cambio de tema. El dinero de los argentinos que tienen dinero sigue estando en el exterior. Nuestros presidentes (no importa cuál) desde hace mucho intentan convencer a capitalistas extranjeros para que vengan a invertir en nuestro país. Y muchos lo han hecho. La hermosa y productiva pampa húmeda ha cambiado mucho de dueños en los últimos tres lustros. O sea, los extranjeros, a duras penas, son convencidos de venir a invertir a un país en el cual sus “hijos pródigos” no invierten.
Ahora estamos un tanto calmados. Pero en cuanto nos dan un poquito de “soga” salimos como “nuevos ricos” a comprarnos el mundo. Miami, la plata dulce, los viajes, electrodomésticos, Europa. Cuando se corta el chorro, corremos a las embajadas de los países de donde vinieron nuestros abuelos y que nunca supimos dónde estaban, para sacar el salvador pasaporte comunitario.
Hace apenas 6 años estábamos en el infierno y gritábamos a los cuatro vientos que “se vayan todos” en medio de los augurios más pesimistas que jamás escuché en mi vida. “El dólar a 4 y para fin de año se iba a 8”, año 2002. Hoy malgastamos una incipiente prosperidad en celulares.
Y muy poquito antes de la gran crisis. Casi como una premonición, se pegaba un tiro en el pecho uno de los hombres más honestos que tuvimos. Casi no tuvo su merecido homenaje. Vaya mi respetuoso recuerdo: Dr. René Favaloro.

viernes, 20 de julio de 2007

La mesa del café

El “Loco” Vieytes se mataba de risa. (En realidad, siempre se la pasa riendo, ¡qué suerte! ¿no?) “Esta Felisa es un caso serio –decía entre pequeñas risitas- mirá que dejar un ladrillo en el baño!!! Ja, ja”
“Chiquito” Grosso lo miró y como siempre está en babia le preguntó: de qué hablás? El “Pelado” le dio un golpecito en la nuca. “Despabilate”. Hubo que explicarle el affaire de Felisa Miceli y su famoso “ladrillo” de dinero en el baño del Ministerio que le costó el puesto.
La mesa del café estaba a pleno. El Loco, Chiquito, el Pelado Manchais, el Polaco y el Tano (mis vecinos), Coti Verguini, Rulo Thompson y dos o tres más que prefiero no nombrar.



“Lo que pasa es que este gobierno es como todos” afirmó el Coti con cierto aire de revancha ya que bastante se tuvo que aguantar estos últimos años intentando defender al ex presidente “Mendez” y su “década infame” (así la nombro yo). “Pero escuchame una cosa –retrucó el Pelado- tanto lío por unos pocos pesos. O no me van a decir que 100 lucas y 30 mil dólares es guita? Para mí le “hicieron una cama”. Fijate que al final debe ser la única ministro de economía que se va por una pavada y no por ineficiencia en su cargo”.
“El que debe estar haciendo guardia en la Base Marambio fue el pobre policía que encontró la bolsita, jaja!!” seguía matándose de risa el Loco. “Mirá nene, estas son cosas serias –lo interrumpió uno de los innombrables que, obviamente, voy a seguir sin nombrar- la corrupción es plata del pueblo que va a los bolsillos de los funcionarios”. El Coti asintió: “Claro, claro!! Como dice Men…” “Ni lo nombres!!!!!!!!!!! – aulló de golpe el Tano- a ese hijo de su santísima madre, ni lo nombres…”
La cosa se ponía espesa. Es que hay que aclarar para que se comprenda. La mesa de café es como una pequeña Argentina sintetizada en nosotros. El Coti es menemista a ultranza. El Tano, Chiquito y el Rulo ven con muy buenos ojos a Kirchner. El Pelado y el Polaco son radicales, uno “Margarito” y el otro R. No esperen que les explique. Al Loco le da lo mismo cualquier cosa con tal que lo divierta. Para el Loco todo es joda. Los innombrables son “contras”. Hay de derecha y de izquierda. Para ellos todo está siempre mal. Algunos “añoran” a los militares (se van dando cuenta porque no registro ni el nombre de estos tipos).
Pero no siempre hablamos de política. Se habla de todo y se discute de todo. Todos sabemos de todo. En fin, somos bien argentinos, vio? Y esto forma parte de lo entretenido de seguir concurriendo y pasar, a veces, largas horas “arreglando al mundo”. Pero ponernos de acuerdo, es muy difícil que suceda.
“A Miceli le pasó eso porque es una pe…dazo de tonta –arrancó Chiquito, sorprendiéndonos a todos ya que normalmente no se mete en estas discusiones- en realidad le puede pasar a cualquiera. ¿Cuál es el problema? ¿Qué tenía un fajo de billetes? ¿Y, con eso qué? ¿O ustedes creen que es la única que tiene dinero guardado? Ahora resulta que todos “mean agua bendita” (sic)”.
Nos quedamos atónitos. El siguió: “¿O es que todos cumplen con las normas? Felisa Miceli no nació de un repollo. Nació y vive en la Argentina. Y qué hacemos los argentinos? Eludimos impuestos, compramos y vendemos haciendo pasar un precio menor justamente para no pagar impuestos, no pedimos factura con la esperanza de salvarnos del IVA, no declaramos las obras que hacemos. ¿O ustedes no se enteraron que hay countries que figuran como terreno baldío y pagan casi nada de Inmobiliario? Ella no iba a hacer nada que no hagamos cotidianamente los argentinos. Así que no se hagan los puritanos. Si me dicen que por ser funcionaria tiene más responsabilidad, tienen razón. Si me dicen que hay que saber de dónde sacó el dinero, también estoy de acuerdo. Que tiene que renunciar, también estoy de acuerdo. (Esta conversación fue antes de la renuncia de la ministro). Pero no me vengan a decir que a todos a los que le encuentran un fajo de billetes se le ponen a investigar de dónde lo sacó. Estoy cansado de escuchar sobre la falta de seguridad y sobre el aumento de robos. Justamente cada tanto se meten en alguna casa y roban 50, 60, 100 mil pesos como si nada. ¿Alguien se preguntó qué hace tanta plata que supuestamente no sirve para nada porque hay que bancarizarla para poder utilizarla? Nunca escuché nada por el estilo. Asi que, muchachos, no los quiero desilusionar pero es mi deber hacerlos caer a la realidad: ESTO ES ARGENTINA, imberbes mentales”.
La mesa se quedó en silencio, no tanto por lo que dijo Chiquito sino porque había hablado y lo había hecho fundamentando.